La clave está en distraerte.

¿Qué tal Aurora, cómo estás? Bien Jacinta aquí preparándome para las hogueras de San Juan. ¿Y ese saco Aurora? Es para meter todo lo que me voy a llevar para quemar. Tú lo que estás es haciendo limpieza en tu casa me parece a mí, deshaciéndote de los trastos viejos ¿no? No Jacinta, eso será lo que parece, pero no; este año me lo he tomado muy en serio, además que para hacer limpieza en mi casa ya tengo a Mariano que me la está dejando como una patena; ¿no te has dado cuenta de que el dueño del "Compro oro" ha abierto dos locales más? Sí, es verdad, ¿pero eso qué tiene que ver contigo?. Muchísimo, llevo meses entrando en ese local y no es para saludar al dueño precisamente. Vaya Aurora, no sabía que estabas tan mal. No Jacinta, yo no estoy mal, yo estoy como siempre, como el anuncio de fanta "con poco me lo monto", pero mi hijo mayor está en el paro y su mujer también, y ¿quién crees tú que está pagando la hipoteca del adosado que se compraron hace diez años? Ay, no me digas Aurora, no tenía ni idea. Claro, tú que vas a saber, si siempre vienen en el cochazo ese que se compraron hace seis años. Qué pena Aurora, si es que está todo fatal. Y peor que se va a poner Jacinta porque sólo me queda la medalla de la comunión. Entonces ¿qué vas a meter en el saco?. Aire. ¿Aire? Sí, el de todos los suspiros que llevo soltando desde hace meses; ni siquiera sé si me cabrán todos aquí. Aurora, ahora en serio, ¿para qué crees que sirve eso?. Mujer, Jacinta, esto es como el fútbol, ¿nos quita los problemas?. No. Pues esto es igual, me entretengo un rato.