S.O.S.

¡Jacinta, escúchame!, Qué pasa con esas carreras, por favor. Jacinta que estaba viendo el Sálvame, y resulta que estaban hablando de un famoso torero, que no sé si sabes que ha tenido un accidente, y vengo asustada perdida. Pero ¿por qué? Esa gente es temible, están haciendo un juicio implacable a ese torero, diciendo que iba borracho, más rápido de la cuenta.... qué se yo. Y oye, que se está poniendo la cosa que lo van a ejecutar antes que salga del Hospital. Pero Aurora, no te he dicho mil veces que no veas ese programa, que eso no son personas, son buitres muertos de hambre que convierten en carroña todo lo que tocan. Ya lo sé Jacinta, qué razón tienes, pero mira, estaba dándole al mando mientras empezaba la novela, y al ver que hablaban del accidente me paré a escuchar. Bueno, y qué quieres que yo te diga. Mujer, Jacinta, que al ver eso he pensado que como la presunción de inocencia se ha convertido en presunción de culpabilidad, pues no sea que cuando vaya al mercado le pille el pié a alguien con el carrito de la compra y me vea yo en un lío, quería pedirte que, por favor, si eso ocurriera y ves aparecer una cámara del Sálvame, que me avises para que me pierda del mapa. Sí, Aurora, seguro que van a venir a buscarte, como si tú fueses famosa. Pero qué dices Jacinta, si allí sale cualquiera y se hace famosa en un pis pas con cualquier chorrada. Aurora, qué jarta estoy, así que dándole al mando mientras esperabas la novela ¿eh?, pues que sepas que cuando vayas conmigo al mercado, ni se te ocurra llevarte el carrito que te lo tiro la cuesta abajo.

La cara de la democracia tiene nombre y apellidos.

Jacinta, ¿has visto el telediario de hoy? Sí, ¿por qué? Por saber qué te parece lo de Rubalcaba. Habrá que esperar a ver si resulta elegido finalmente ¿no? Anda Jacinta, con lo lista que eres se te escapan los detalles. ¿Qué quieres decir? Pero vamos a ver ¿tú has visto la tele o sólo la has oído? La he visto ¿Y qué te ha parecido la cara de Carmen Chacón? No me he fijado, he estado pendiente del discurso. Ay, Jacinta, que una imagen vale más que mil palabras. Yo por ejemplo no he prestado atención a las palabras, porque no me interesan mucho los discursos de autoalabanzas, pero... esa mujer decía todo con su gesto de enfado y tristeza. Te lo voy a decir más claro Jacinta: que esa mujer no ha renunciado a la candidatura voluntariamente, ni Rubalcaba es la panacea vitoreada de los militantes. Es posible Aurora, porque en ese grupo la frase mágica es "la lealtad institucional". Jacinta no sé lo que significa eso pero se me han puesto los pelos de punta, suena a épocas anteriores a Suárez. Y no vas descaminada Aurora. Entonces ¿qué? No sé, no sé, que al final el que nos advierte del peligro va a ser el peligro de verdad. ¿qué dices Jacinta? Cosas mías Aurora. Ay hija, siempre igual.

El tiempo está loco y Aurora....

Jacinta ¿qué te han parecido los resultados electorales? Ay Aurora, qué preguntas me haces, no sé, habrá que esperar a ver qué pasa, aparentemente las cosas han cambiado, pero, de momento, que yo sepa, sólo han cambiado de nombre. Qué pesimismo Jacinta, no te entiendo, con lo guerrera que has sido siempre en estos temas. Tú lo has dicho, "he sido". A estas alturas de mi vida, como que no me creo nada que me cuenten, sólo lo que vea y compruebe por mí misma. Pues estamos apañados, yo que venía esta tarde dispuesta a ilustrarme con tus comentarios y me dejas en blanco, como una papeleta cabreada. A ver Aurora, que yo te comento los resultados pero no los electorales sino los que se produzcan a partir de la semana que viene. Vale Jacinta, ¿de qué hablamos entonces? Pues del tiempo, por ejemplo. Qué vamos a decir de eso, si ya todos sabemos que de lunes a miércoles está bien y a partir del jueves empieza a estropearse. Por cierto, ¿no será esto cosa del gobierno? Pero qué dices Aurora, es imposible. No sé, no sé, quizás sea una medida de recorte: llueve, no salgo, no gasto. Sí, claro ¿y lo del volcán? Ah, eso sí que está claro, eso es cosa de la Comunidad Valenciana. ¿Pero qué dices, si el volcán está a miles de kilómetros? Ya lo sé Jacinta pero, a ver, se les fué la mano con los cohetes.

Menudo susto

¡Aurora, que ahora entiendo tu obsesión con el mundo chino! Pues ya era hora, que no haces más que protestar cada vez que digo algo, que me haces sentirme como una racista, cuando a mí me da igual si la gente tiene los ojos redondos, cuadrados o como dos puñaladas en un cartón; y dime, ¿por qué ahora me entiendes? Mira, mira este video que me ha puesto mi nieto en el internet.

¡Mi madre, Jacinta! qué lista soy.

Vente pá Madrid.

Jacinta, hay que ver la que hay liada en Madrid con la acampada de protesta. Y que lo digas Aurora, se ponen los pelos de punta. Y¿cómo ves tú el tema Jacinta? Pues bien, ya era hora de que la gente protestara, nunca es tarde si la dicha es buena. ¿Y es buena? Aún es pronto para saberlo, ¿no crees? De todas formas me he dado cuenta de muchas cosas interesantes. ¿Por ejemplo? Que tenemos unos políticos que son verdaderos artistas y más listos que el hambre. Jacinta, será el hambre de los demás, ¿no?. El hambre en general mujer, es una frase hecha. Ah, vale. ¿Y por qué dices eso? Pues porque le sacan partido a todo. Ahí los tienes queriéndose apuntar los tantos de la movida, encima de que son ellos los que la han provocado. Se han subido al carro y han cogido el timón del barco. Cada uno interpreta el asunto a su conveniencia y en contra del resto de partidos. Para partirse de la risa, acaban teniendo más protagonismo que la propia protesta. No me digas que eso no es arte. Tienes razón Jacinta, pues ya podrían utilizar el arte para arreglarnos los desperfectos, porque, si te das cuenta, son como las compañías de seguros, en el papel te lo solucionan todo y cuando tienes un problema resulta que, por arte de magia, nunca está incluido en la póliza. Es verdad eso Aurora, por eso yo no tengo seguros de ninguna clase porque todos me han hecho lo mismo, así que, cuando tengo un siniestro me lo pago con lo que me he ahorrado de seguro y santas pascuas. Pues lo mismo deberíamos con los políticos, dejamos de pagarlos y cuando tengamos algún siniestro lo pagamos de nuestros ahorros y santas pascuas. Pero Aurora, ¿tú tienes ahorros? Anda, es verdad, he tenido pero ya me los he gastado. ¿Arreglando siniestros? No, sobreviviendo. Por cierto, ¿qué haces esta tarde Jacinta? No tengo nada pensado. Pues ponte las zapatillas de andar que nos vamos a Madrid en el tren de las cinco y cuarto.

Euro-misión.

Qué pena Jacinta, ha perdido España. ¿Qué dices Aurora, desde cuándo te gusta el fútbol? A mí desde que el Rayo Vallecano fichó a la Ronaldiña, que mira que es guapa y simpática la muchacha, ¡pero que no es el fútbol Jacinta, que lo que hemos perdido es Eurovisión!. Ah, acabáramos, eso ya lo sabía yo. Sí, claro, tú lo sabes todo. No mujer, no lo sé todo, ojalá, pero hay cosas que se ven venir. Explícate Jacinta. A ver, antes había menos países participando, básicamente los países clásicos de toda la vida. Pero desde hace ya unos años, algunos de estos países se han dividido en varios y, aunque políticamente sean distintos, musicalmente son primos hermanos; esto quiere decir que es como si un mismo país tuviera varias fichas para apostar, y no sólo eso, además se votan entre ellos. ¿lo entiendes Aurora? Ah, claro, ya lo entiendo, con razón me suenan tan raros los nombres de algunos países, impronunciables para mí. Total Jacinta, que lo único que queda de eurovisión es el Uribarri. Qué va, ni eso, ahora está Iñigo. Pues mira Jacinta, podíamos proponer que participaran las autonomías de España: "euro-misión". Anda ya Aurora, que estás peor que Remedios Amaya, que no sabía quién manejaba su barca y a tí.... ¿A mí, a mí qué? A tí, ¡que te quiten lo bailao!.

Que no nos va a conocer ni nuestro padre.

¿Dónde te ha pillado el terremoto Jacinta? ¿Qúe terremoto niña? El que hay en este país, que me estoy volviendo loca. ¿Ahora qué te pasa Aurora? Pues que no sé dónde vamos a llegar, de verdad. ¿qué te parece a tí, con la de problemas económicos que tiene España, que saquen la ley esa para elegir el orden de los apellidos? Pues.... no sé. A ver Jacinta, ¿tú conoces a alguien que se haya planteado este cuestión, o que haya discutido con su pareja por el orden de los apellidos de sus hijos? No. Yo tampoco, y mira que hasta he preguntado por ahí, y nada. ¿qué crees tú que va a resolver esto? nada, porque donde no hay problema no hace falta solución. Eso mismo digo yo. Pero lo más gracioso del tema no es que se esté comentando la estupidez de esta ley o de quien la hace, sino el problema que se le avecina al funcionario que le toque decidir en caso de desacuerdo. ¿tú te crees? De piedra me dejas. Entonces ¿cómo queda el asunto? Pues, a ver, que para dentro de tres generaciones ya no se sabe ni de qué familia eres. Los árboles genealógicos van a parecer de cachondeo (por no decir cosas peores). Pues sabes qué Aurora, que va a costar entender "cien años de soledad". ¿Eso qué es? Nada, cosas mías. Pues sabes qué Jacinta, que se pondrá otra vez de moda eso de ¿y tú de quién eres?.

Cuéntame un cuento

Aurora, he escrito un cuento. ¿Me lo lees? Sí.
Había una vez un mundo raro, dividido en países, habitados por personas de diferentes razas, religiones, idiomas, gobiernos... Unos países eran ricos y otros eran pobres. Había gobiernos muy diferentes, repúblicas, monarquías, dictaduras, dictablandas...
Un día, el mundo empezó a sentirse enfermo y su salud se complicaba cada vez más. Los países ricos empezaron a declararse en quiebra (no llegó a saberse si eran quiebras voluntarias o fraudulentas). Los países pobres seguían como siempre, maltratados por los ricos y también por la naturaleza, que se cebaba con ellos  a través de devastadores desastres naturales, que arrasaban con lo poco que tenían, sumando desgracia a su pobreza. La naturaleza se vengaba con los pobres, del daño que le hacían los ricos.
En los países ricos, al menos en uno que yo conozco, los políticos, en lugar de resolver problemas se dedicaban a proferirse insultos, llamando debate político a discusiones sobre "te lo estás gastando todo y no me estás dejando nada".
Con esta situación, los habitantes de los países ricos se sentían muy tristes, porque sus vidas, hasta entonces llevaderas, se tornaban complicadas y, en ocasiones imposibles. Ni por esas sus habitantes llegaron a entender y admitir la llegada a sus territorios de pateras cargadas de gente buscando una oportunidad para sobrevivir.
Junto a los problemas de subsistencia existían otros de gran calibre, "el odio entre humanos", basado en diferencias tan poco importantes como la raza, la religión, la política... No había país donde no existiera un grupo organizado, buscando alguna de estas diferencias para justificar actos causantes de muerte y horror.
Pero... aún peor que esto, eran los grupos que extendían su odio, y sus actos inhumanos, más allá de sus fronteras.
Los habitantes del mundo estaban tristes y asustados.
En un país, habitado por descendientes de piratas famosos, reconvertidos en damas y lores, ricos, elegantes, educados y flemáticos, existía un príncipe joven y valiente, que viendo la tristeza de sus súbditos, decidió hacer algo para devolverles la alegría. Y así, un buen día, anunció al mundo entero que se celebraría en su reino una boda real (de verdad), con todo el lujo, pompa y boato que se pudiera imaginar. El príncipe quería que el mundo olvidara sus problemas, que se llenaran de alegría por este importante evento. Y así fué. El mundo entero se entregó a este espectáculo de luz y color, y se divirtió durante una semana. Pero... cuando la luz del último fuego artificial se apagó, se encendió de nuevo la cruda realidad. Y se olvidaron de la boda, de los trajes, del desfile de personajes famosos que convirtió al mundo en un cuento de hadas, sólo por un día.
Entonces, el emperador del país considerado el más poderoso de todos, decidió hacer algo que parecía increíble, que no se olvidaría nunca jamás y que el resto de países le agradecería siempre, postrándose a sus pies. Se proclamó el justiciero universal para imponer le ley y el orden (su ley y su orden). Y, para demostrar su poder, una madrugada, puso en práctica un plan que llevaba ensayando mucho tiempo. Su ejército, el mejor de todos, asaltó por sorpresa una difícil fortaleza y ejecutó a su morador, un peligroso terrorista que había sembrado el terror por el mundo, arrojando posteriormente su cuerpo al mar, para que no existiera lugar en la tierra donde nadie pudiera recordarlo, (según cuenta la leyenda).
Hecho esto, el emperador anunció su proeza al mundo, anunciando que había llegado la paz. Pero... lejos de la reacción que esperaba, a medida que la noticia se ampliaba, surgieron dudas, recelos y, de nuevo, el miedo.
Cundía el rumor de que el terrorista, antes asesino, ahora asesinado, ya había sido relevado como cabecilla de su banda de malhechores y, por tanto, el espectacular asalto y ejecución habían sido en balde.
La paz duradera no había llegado todavía. Y aún tardaría en llegar, porque era preciso entender que el terrorismo no se combate con terrorismo.
Y el mundo siguió triste y enfermo, dividido y asustado, desgraciado y sin paz. Ni el príncipe valiente con su boda, ni el emperador justiciero con su asalto consiguieron traer alegría, justicia y paz.
¿Te ha gustado Aurora? Pues, la verdad, prefiero un cuento chino.

I love publicidad

Lo que más me gusta de la televisión son los anuncios. Me encantan, son lo mejor que sale por esa pantalla. Los hay para todos los gustos: buenos, malos, geniales, absurdos, irritantes, ... pero es difícil que te dejen indiferente. Algunos me hacen reír, otros me cabrean, pero me entretienen un montón. Para muestra, un botón, o mejor dicho, un muestrario de botones:


Irritante, desesperante, una pesadilla. Me pone de mala leche.

                            

¿y esto? qué cosa más tonta. Esto lo ha hecho el hijo del Ventero.

Éste me hace reír un montón. Es simple como una patata pero muy divertido e ingenioso.

Me parto con la ocurrencia (y con la cara del niño)

Era diferente, muy artístico. Ya lo ha copiado alguna empresa de telefonía.



Me he quedado sin palabras.
Yo, si fuese política encargaría mi campaña a los publicistas de Cruzcampo, creo que son magníficos.