Este espacio ha sido creado para desahogo de dos mentes críticas con los despropósitos que a diario tienen que soportar. Con nuestro humor ácido vamos a desintegrar aquello que nos molesta.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Cuándo el enemigo está en casa, poco queda por hacer.

No sé muy bien por dónde empezar. Me encuentro en un estado de ofuscación tal que las palabras se atropellan y bullen por salir tipografíadas del teclado. ¿Será verdad que cada ser tiene lo que se merece? Nunca he pensado que fuera así, pero últimamente....

Veamos,
Punto 1: Si uno tiene el enemigo en casa, ¿qué puede hacer? ¡Se admiten sugerencias! No creo que pueda hacerse nada, ¿o sí? Anularlo, pero ¿cómo? Pasar de él, mmm eso es más fácil decirlo que hacerlo.

Punto 2: Hacer tu trabajo lo mejor posible a pesar de las circunstancias y le pese a quién le pese. Cosa harto difícil cuándo tu trabajo depende de la información y  la buena disposición de otros, y estos no parecen estar muy por la labor.

Punto 3: Si no amas lo que haces déjalo, dice Steve Jobbs. Me temo que yo he llegado a odiar lo que hago. ¿Debería dejarlo? ¿Buscar mi karma en otra parte? ¿dedicarme a trabajos de investigación en solitario? Eh, eso suena bien...

Punto 4: Después de todo lo dicho, búscate un cojín, e imagínate que es todo lo que impide que la paz interior que buscas con ahínco te sea dada, e HÍNCHALO A OSTIAS!!!!!!!!!!!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario