Como ya habrán notado, ¡estamos de campaña!; y no me refiero a la de la aceituna, el ajo o la del champiñón. Me refiero a la campaña política. Sí, ya se que eso es permanente, pero conforme se van acercando las elecciones, se intensifican las apariciones públicas, con bombo y platillo, hasta de personajes que no hemos visto desde las últimas votaciones. Así que conviene tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
- tengan preparadas sus listas de pedidos: es el momento de las quejas y solicitudes de toda clase y especie, que se recibirán con sumo agrado y con promesas tipo "lo tendremos en cuenta", "eso lo arreglo yo en cuanto gobierne", etc...
- dejen tiempo para asistir a inauguraciones: tengan en cuenta también, para su tranquilidad, que lo que ahora se estrena, es posible que se inaugure tres o cuatro veces más en los próximos años. O nunca más, porque sólo se pone la primera piedra y ya está, ahí queda eso.
- y la más importante: pongan a buen recaudo su bien más preciado. Me explico. Hoy me ha dicho una amiga que mañana va a su centro de trabajo una politica y claro, he tenido que advertirla diciéndole, decretad alerta máxima y esconded los votos que eso es lo que van buscando.
Dicho esto, compren palomitas y siéntense a disfrutar del espectáculo que acaba de comenzar. Es el mismo de siempre pero, en esta ocasión, se le ha dado un especial dramatismo. Saldrán junto a los actores y actrices de siempre, algunas nuevas promesas del circo, y el despliegue de medios económicos y de efectos especiales es totalmente novedoso (imágenes impactantes). Escondan bien sus carteras, junto con sus votos. Que sea lo que tenga que ser. Jarta estoy.
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